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Carlos Roloff: el ilustre veterano de las guerras independentistas cubanas

Carlos Roloff: el ilustre veterano de las guerras independentistas cubanas

(Publicado por Hernán Bosch en tiempo21.cu, mayo 17 de 2017)

A fines del siglo XIX, cuando organizaba en Estados Unidos la “Guerra Necesaria” contra el colonialismo español, el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, calificó al polaco Carlos Roloff, uno de sus colaboradores en aquella ardua tarea, como “extranjero generoso, más meritorio en verdad que los cubanos mismos, que sin la obligación del nacimiento sacó el pecho a las balas que el mundo viejo clava todavía, como último blanco, en la isla infeliz, en las dos islas infelices de la América nueva”. (En esta última frase se refiere Martí a las islas de Cuba y Puerto Rico, únicos territorios americanos que no habían adquirido aún la independencia del imperio colonial ibérico).

   Precisamente este 17 de mayo, cuando se cumpe el aniversario 110 del fallecimiento en La Habana del general Roloff, constituye una ocasión propicia para que hagamos algunos apuntes sobre la historia de aquel patriota europeo-cubano que mereció tan altos elogios del Maestro.

   Carlos Roloff Mialofsky había nacido el 4 de noviembre de 1842 de Varsovia, capital de Polonia. En 1862, cuando contaba apenas con 20 años de edad, emigró a Estados Unidos, donde se desarrollaba ya la Guerra de Secesión (1861-1865), en la cual participó como oficial del Ejército Confederado del Norte y adquirió una gran experiencia militar.

   Concluida aquella guerra, a mediados de 1865 llegó a Cuba y se estableció en Caibarién, provincia de Las Villas, donde comenzó a trabajar en una casa de comercio.

   El 6 de febrero de 1869, apenas cuatro meses después de iniciada por Carlos Manuel de Céspedes la “Guerra de los Diez Años” contra las fuerzas del colonialismo español, Roloff se alzó en el potrero Ochoa, cerca de Santa Clara, y un día después ya era proclamado por los insurrectos villareños como jefe del Ejército Libertador en Las Villas, con grado de Mayor General.

   Se inició entonces para el joven polaco una larga carrera de acciones combativas tanto en la provincia de Las Villas como en Camagüey y Oriente, que incluyó el combate del ingenio San Gil, uno de los primeros librados en territorio villareño y donde empleó piezas de artillería diseñadas por él y construidas con troncos de árboles y tiras de cuero. Luego, en zonas orientales, participó en los combates de Jíbaro, Río Grande, Marroquín y Lázaro López.

   En los comienzos de 1875, al ser invadida Las Villas por las fuerzas al mando del Generalísimo Máximo Gómez,  Carlos Roloff fue nombrado jefe de la brigada de Remedios y poco después se le encomendó la Jefatura de la Segunda División, cuyo cuartel  general radicaba en la región de Cienfuegos. En estos tiempos, incendió varios ingenios y colonias y combatió en las acciones de Arimao, Rosario, Auras, La Roqueta, Guayabo, Santa Rosa y Manicaragua, entre otras.

  Luego del oneroso Pacto del Zanjón el 10 de febrero de 1878, que puso fin a la Guerra de los Diez Años sin que se obtuvieran ni la independencia de Cuba ni la eliminación de la esclavitud, sus dos principales objetivos, Roloff se estableció en Guanabacoa, en la provincia de La Habana. Pero esa estancia en la capital duraría poco, pues apenas unos meses después, a mediados del propio 1878, las autoridades españolas lo expulsaron del país por sospechas de conspiración.

   El valeroso luchador polaco se dirigió a Nueva York, Estados Unidos, donde fue electo tesorero del Comité Revolucionario Cubano y en 1879 asumió el cargo de secretario.

   En los años posteriores se dedicó a distintas labores conspirativas y organizó expediciones destinadas a continuar la lucha en Cuba, viajó a Jamaica y permaneció varios años en Panamá y Honduras, desde donde regresó a Estados Unidos llamado por José Martí, junto a quien fue uno de los fundadores del Partido Revolucionario Cubano, se desempeñó como presidente del Cuerpo del Consejo en Tampa y colaboró en la preparación del fracasado Plan de La Fernandina.

   Durante los cuatro años (1895-1898) que duró la Guerra del 95 o Guerra Necesaria (como la llamó su principal

organizador, José Martí), fue muy diversa e importante la labor desempeñada por el valiente y capaz Carlos Roloff.

   Entre 1895 y 1896 trabajó en su organización y trajo a Cuba tres expediciones marítimas con armas, municiones y hombres desde Estados Unidos (dos) y Bahamas (una), y participó en varias acciones armadas, entre ellas el combate del potrero de Pozo Azul, también conocido como Las Varas, el 23 de septiembre de 1895, y junto a Máximo Gómez peleó el día 17 del propio mes en el ataque al fuerte Pelayo, en Sancti Spíritus.

   Como si ello fuera poco, cuando ocupaba el cargo de Secretario de la Guerra, redactó dos textos de instrucción militar: “Táctica de artillería e ingenieros” y “Táctica de caballería”, y participó en los trabajos de la Asamblea Constituyente de La Yaya, efectuada el 10 de octubre de 1897, entre otras tareas relacionadas con las luchas libertarias.  

   Carlos Roloff falleció en Guanabacoa, La Habana, un día como hoy, 17 de mayo, de 1907.

   Por supuesto, el Héroe Nacional José Martí, quien había caído en combate el 19 de mayo de 1895, no pudo conocer esta última etapa de la heroica participación del polifacético combatiente polaco en nuestras gestas independentistas.

   Pese a ello, ya en 1892, por la destacada trayectoria de Roloff en la Guerra de los Diez Años y luego en los preparativos desde Estados Unidos de la Guerra Necesaria, Martí había enaltecido al memorable militar polaco-cubano, de quien afirmó: “la gloria de la guerra y la dignidad de la paz se juntan en su persona” y calificó como “veterano ilustre”.

 

 

 

 

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