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FIFA: no sólo corrupción, también injusticias

FIFA: no sólo corrupción, también injusticias

(Publicado por Hernán Bosch en tiempo21.cu, junio de 2015)

Creo que en lo único en que hemos coincidido siempre los amantes del fútbol es en la necesidad imperiosa de evitar el juego sucio o excesivamente fuerte, y al propio tiempo poner freno a las indisciplinas que comenten los jugadores de este apasionante deporte, que en su conjunto no sólo dañan al espectáculo, sino también que, en ocasiones, llegan a poner en peligro la integridad física de los deportistas.

No pertenezco al grupo de los que intentan justificar siempre los excesos de los deportistas, sobre todo de las estrellas, y acostumbran a hacer recaer en los hombros de los árbitros los resultados negativos de cualquier partido. Tampoco pretendo “hacer leña del árbol caído” ni que “llueva sobre lo mojado” al referirme a los escándalos por corrupción que sacuden a la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), ni es necesario hacerlo porque han sido y continuarán siendo ampliamente divulgados por los medios de difusión masiva de todo el mundo.

Pero el tema que quiero comentar está indudablemente vinculado a esa lamentable situación por la que atraviesa la organización que dirige los destinos del más universal de los deportes.

Se trata de la actuación controvertida de algunos árbitros y comisiones disciplinarias que en unos casos han adoptado medidas alarmantemente excesivas y en otros no, y que, llamativamente, han involucrado a algunas de las grandes estrellas del cosmopolita pasatiempo y provocado el rechazo de buena parte de los especialistas y de la multimillonaria afición a esta manifestación deportiva.

La Copa Mundial Brasil-2014 fue un enfático ejemplo de esa inaceptable paradoja a la hora de aplicar justicia.

Todos recordamos la sanción por todo un año fuera de su selección nacional al estelar delantero uruguayo Luis Suárez, por morder en un partido a un defensa italiano, hecho que por supuesto debió ser penalizado, pero no de una forma tan excesivamente drástica y que no sólo perjudicó al jugador, sino también al fútbol de su país.

Si usted analiza los hechos, aquella famosa y muy divulgada mordida de Suárez fue una “cariñosa caricia” si la comparamos con el brutal rodillazo que el defensa colombiano Camilo Zúñiga le propinó en plena columna vertebral a Neymar, que le provocó fractura en una vértebra y pudo incluso haber imposibilitado de por vida al afamado y muy joven delantero brasileño, una estrella de talla mundial.

Asombrosamente, ese inusual acto de violencia que a todas luces SÍ MERECÍA una muy enérgica medida disciplinaria, incluso muy superior a la aplicada a Suárez, NO FUE PENALIZADO ni siquiera con una tarjeta amarilla por el árbitro del partido, ni tampoco por la comisión disciplinaria.

Más recientemente, en la actual Copa América, el propio Neymar fue nuevamente víctima, esta vez de una sanción desmedida, pues luego de su expulsión del juego contra el propio equipo de Colombia, fue sancionado por todo el resto del torneo por ofender de palabras a un árbitro, cuando hubiera bastado con privarlo de participar en otro partido y no despojar a Brasil de su principal figura y al evento de una de sus superestrellas.

Con el estelar delantero Edinson Cavani sucedió otra muy repudiable anomalía, cuando fue expulsado por responder a la provocación del chileno Jara, quien tocó en forma grosera los glúteos del uruguayo en un acto absolutamente ofensivo e incluso de lesa humanidad, si tomamos en consideración la dolorosa situación familiar que atravesaba Cavani por el lamentable accidente automovilístico en que se vio envuelto su padre un día antes.

Por la forma en que se ejecutó esta acción, es posible que el árbitro no pudiera apreciarla, pero los integrantes de la comisión disciplinaria se deben haber aburrido de verla repetida por la televisión.

Afortunadamente, el argentino Lionel Messi, el más grande futbolista del mundo en nuestro siglo, añade a su innegable calidad futbolística una personalidad sencilla y humilde, que le permite incluso recibir muchos golpes durante los juegos sin siquiera protestar.

De no ser así, y de seguir las cosas como van, quizás en un futuro no lejano los amantes del fútbol podríamos ver una Copa América o cualquier otro torneo en el que no estuvieran presentes, víctimas de lesiones brutales o de sanciones excesivas, algunas de las principales estrellas del más universal de los deportes.

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