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Medio siglo de luz para dos superestrellas

(Publicado en tiempo21.cu, octubre 20 de 2017)

Medio siglo de luz para dos superestrellas

Hernán Bosch

 Por una de esas curiosidades de la historia, en estos días arriban a su medio siglo de existencia dos de las más refulgentes estrellas del deporte cubano en todos los tiempos: Javier Sotomayor Sanabria y Omar Linares Izquierdo.

El matancero Sotomayor arribó a tan significativa fecha el pasado 13 de octubre, mientras el pinareño Linares lo hará el próximo día 23. Ambos han ganado, además de sus triunfos en las pistas o los estadios, algo que no es menos meritorio: un muy bien merecido respeto, la admiración y el cariño de millones de personas, por su extrema sencillez y su apego a la Patria que los vio nacer.

Es por ello que nos parece oportuno hacer en este momento un breve recuento de los principales triunfos y alegrías que proporcionaron a la entusiasta afición cubana estos dos fenomenales deportistas, para que quienes peinamos canas recordemos con emoción sus hazañas y, fundamentalmente, para que las nuevas generaciones las conozcan, admiren y valoren en toda su magnitud, en especial los jóvenes atletas que hoy se inspiran en el hermoso legado de nuestros campeones.

Javier nació en Limonar, Matanzas, y es llamado también cariñosamente por la afición «Rey de las alturas», «Saltomayor», «Saltanubes» o sencillamente Soto.

Su inigualable trayectoria en la especialidad de salto alto, los impresionantes récords que impuso y mantiene, su gran cantidad de victorias en diversos eventos y las veces que alcanzó los mayores saltos de la historia, lo han situado, sin discusión alguna, como el más grande saltador de altura del planeta en todos los tiempos.

Recordemos solo algunas de sus múltiples hazañas, al menos las más significativas:

 

MARCAS MUNDIALES DE SOTOMAYOR EN SALTO DE ALTURA

 

2,33 metros (La Habana, 19 de mayo de 1984), récord mundial para cadetes.

2,36 m. (Santiago de Cuba, 23 de febrero de 1986), récord mundial juvenil.

2,43 m. (Salamanca, España, 8 de septiembre de 1988), récord mundial absoluto al aire libre. Esta altura la repitió en Budapest, Hungría, el 4 de marzo de 1989 y constituyó récord mundial bajo techo, aun vigente a casi tres décadas de impuesto.

2,44 m. (Puerto Rico, 25 de julio 1989), nuevo récord mundial al aire libre.

2,45 m. (Salamanca, España, 27 de julio de 1993), plusmarca mundial al aire libre aún imbatible a más de 24 años de impuesta.

Como si esto fuera poco, el «Rey de las alturas» logró, entre otras muchas preseas en diversas competencias internacionales, medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992), los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Stuttgart (1993) y Atenas (1997), los Juegos Panamericanos de Indianápolis (1987), La Habana (1991) y Mar del Plata (1995), y en los Juegos Centroamericanos de México (1990), Ponce (1993) y Maracaibo (1998).

En total el fenomenal «Saltamontes» participó en 288 competencias, en las cuales logró la hazaña de brincar sobre los 2,40 metros en 24 ocasiones, algo realmente fabuloso que ningún otro ser humano ha logrado siquiera una decena de veces.

 

El otro deportista que celebra por estos días el medio siglo de existencia es el pelotero Omar Linares Izquierdo, también uno de los «fuera de serie» del deporte cubano.

Natural de San Juan y Martínez, provincia de Pinar del Río, fue uno de esos muchachos de los cuales se afirma que «nació para el deporte». Su padre, Fidel Linares, había sido un destacado pelotero en las primeras Series Nacionales que se organizaron luego del triunfo revolucionario, por lo que como decimos popularmente, el pequeño traía el béisbol en la sangre.

Desde muy joven Omar evidenció las prodigiosas cualidades que lo convertirían con el devenir de los años en un fenomenal  jugador, al extremo de que en la temporada de 1982-83 del campeonato nacional de mayores, ya integraría, con apenas 15 años de edad, la nómina del equipo Vegueros, de su provincia.

A partir de entonces, el Niño Linares, como se le conoce nacional e internacionalmente, fue desarrollando progresiva y aceleradamente sus habilidades. Su bateo de fuerza y altísimos averages fueron lo más sobresaliente en el juego de Omar a lo largo de su carrera deportiva, pero a esos méritos se unían gran velocidad en el corrido de las bases, poderoso brazo y virtuosismo en el custodio de la tercera almohadilla.

Ello le permitió ascender muy rápidamente y, con solo 18 años de edad, integrar el equipo Cuba de mayores, en el cual brilló con luz propia durante casi dos décadas.

Muchos especialistas consideran a Linares el más grande pelotero cubano en todos los tiempos o, al menos, en la etapa del béisbol revolucionario, por los excepcionales numeritos que acumuló tanto en nuestras Series Nacionales como en los múltiples eventos internacionales en los que participó.

A continuación, les resumimos solo algunos de los principales resultados de este excepcional jugador:

– Es el pelotero cubano de más alto average de por vida en las Series Nacionales, con un astronómico 368, en nada menos que 20 campañas.

– Con 404, integra el muy selecto trío de los que han conectado más de 400 jonrones en series nacionales cubanas, junto a Orestes Kindelán (487) y Lázaro Junco (405), y figura además entre los primeros en carreras anotadas, impulsadas, y otros muchos indicadores de la ofensiva.

– Internacionalmente, entre otros eventos, participó en seis Campeonatos Mundiales de Béisbol, en los cuales registró un average de 451 y conectó 22 cuadrangulares; seis Copas Intercontinentales (464 y 27); tres Juegos Olímpicos (444 y 13), cuatro Juegos Panamericanos (369 y ocho) y cuatro Juegos Centroamericanos y del Caribe (372 y seis).

 ¡ Vaya manera de batear ¡

En resumen, que Javier Sotomayor y Omar Linares, estos dos portentosos deportistas cubanos, bien merecen que, en ocasión de su medio siglo de existencia, le digamos, todos a una voz: FELICIDADES, CAMPEONES.

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