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Un tributo imperecedero a Emiliano Salvador, en su natal Puerto Padre

Un tributo imperecedero a Emiliano Salvador, en su natal Puerto Padre

(Publicado en tiempo21.cu, octubre 22 de 2011)

En ocasión de cumplirse este 22 de octubre el decimonoveno aniversario del prematuro fallecimiento de Emiliano Salvador, vale la pena recordar a esta figura paradigmática de la música cubana, mediante una visita a la plaza cultural que para rendirle homenaje se erigió en su ciudad natal, Puerto Padre, ubicada en la provincia de Las Tunas, unos 690 kilómetros al este de La Habana.

El parque, enclavado en la cima de una elevación de 34 metros sobre la cual se asienta la pintoresca villa puertopadrense, está concebido en forma de un piano y cuenta con 41 bancos de metal para simbolizar la edad que tenía el músico al morir en 1992.

La plaza Emiliano Salvador incluye, además, la ubicación de 19 luminarias y ocho palmáceas, que representan el día y el mes en que nació el destacado músico, en 1951, según explica Ángel Alberto Álvarez, principal proyectista de la obra.

Una escultura que representa un piano de cola del cual surge la figura de Emiliano, frente al teclado y tocado con sombrero, como solía hacer en sus presentaciones, constituye un atractivo central en este parque. Construida mediante la técnica del ferrocemento cubierto con una pátina a base de pinturas blanca y negra, la obra está emplazada en un escenario que se utiliza para diversas actividades culturales.

Por sus dotes de excepcional pianista y su manera original de tocar, Emiliano Salvador se ganó un merecido sitial entre las figuras más encumbradas del denominado jazz latino.

Emilianito, como se le conocía cariñosamente en su terruño, se inició en los trajines de la música desde los nueve años, en una orquesta popular que dirigía su progenitor en Puerto Padre, y luego cursó estudios en la Escuela Nacional de Arte, en la capital cubana. Junto a Leo Brouwer, Sergio Vitier, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y otras figuras prominentes de la música cubana, integró a fines de la década de los años 60 del pasado siglo el legendario Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos).

Fue a partir de entonces que comenzó su ascendente carrera profesional, hasta convertirse en un reconocido compositor y arreglista y, sobre todo, en un excepcional tecladista.

Su maestría como intérprete del jazz fue reconocida en muchos países por los cuales paseó su arte, entre ellos España, Francia, Italia, Alemania, la antigua Unión Soviética, Holanda, Canadá, México, Colombia y otras naciones de Europa y América, donde sus discos han sido ampliamente difundidos.

En 1980 tuvo el honor de ser el primer latinoamericano que participó en el concierto "Pianísimo", del prestigioso Festival de Ottawa, Canadá, al cual asisten los mejores tecladistas de jazz del mundo.

La plaza cultural erigida en 2007 para rendirle tributo en su natal Puerto Padre, ciudad conocida como Villa Azul de los Molinos, constituye un merecido homenaje a una figura emblemática de la música cubana.

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