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Alfred Nobel, uno de los hombres más conocidos del mundo

Alfred Nobel, uno de los hombres más conocidos del mundo

(Publicado por Hernán Bosch en tiempo21.cu, octubre 21 de 2013)

Un día cómo hoy, 21 de octubre, pero de 1833, hace ya 180 años, nació en Estocolmo, Suecia, uno de los hombres más conocidos en todo el mundo.
Se trata del químico Alfred Nobel, quien pasó a la historia no sólo por la invención de la dinamita y otros productos relacionados con los armamentos y explosivos, sino, fundamentalmente, por los premios mundiales que llevan su nombre.
Hijo del ingeniero Immanuel Nobel y de Andriette Ahlsell, Alfred pasó gran parte de su juventud en San Petersburgo, Rusia, donde su padre había instalado una fábrica de armamentos, por lo que estuvo vinculado siempre a este tipo de actividad.

Sin embargo, sus primeros resultados notables como investigador e inventor los obtuvo luego del regreso a su natal Suecia en 1863, cuando contaba con 30 años de edad. Allí completo los estudios que había iniciado en Rusia y logró controlar mediante un detonador las explosiones de la nitroglicerina, inventada por el italiano Ascanio Sobrero. Poco después, en 1865, perfeccionó el sistema con un detonador de mercurio y en 1867 consiguió la dinamita, un explosivo plástico resultante de absorber la nitroglicerina en un material sólido poroso, con lo que se reducían los riesgos de accidente.

Las explosiones accidentales de la nitroglicerina, en una de las cuales había muerto su propio hermano Emil, habían despertado fuertes críticas contra Nobel y sus fábricas , lo que constituyó un incentivo para que redoblara sus esfuerzos en la investigación de la forma de controlar esa reacción química. Otras de sus invenciones relacionadas con los explosivos fueron la gelignita (1875) y la balística (1887), según consta en el sitio digital Biografías y vidas.

Nobel patentó todos sus inventos y fundó compañías para fabricarlos y comercializarlos desde 1865 (primero en Estocolmo y Hamburgo, y luego también en Nueva York y San Francisco, Estados Unidos).

Sus productos fueron de enorme importancia para la construcción, la minería y la ingeniería, pero también para la industria militar (para la cual habían sido expresamente diseñados algunos de ellos, como la balística o pólvora sin humo), con los cuales cimentó una fortuna, que acrecentó con la inversión en pozos de petróleo en el Cáucaso.

Por todo ello, Nobel acumuló una enorme riqueza, pero también un cierto complejo de culpa por el mal y la destrucción que sus inventos pudieran causar a la humanidad en los campos de batalla.

La combinación de ambas razones le llevó a legar en forma testamentaria su fortuna a una fundación -la Fundación Nobel, creada en 1900- con el encargo de otorgar una serie de premios anuales a las personas que más hubieran hecho en beneficio de la humanidad en los terrenos de la Física, la Química, la Fisiología o la Medicina, la Literatura y la Paz.

Veinte días después de su muerte, ocurrida el 30 de diciembre de 1896, el documento era abierto y algo más de treinta millones de coronas suecas fueron destinadas a la creación de la Fundación, y los réditos de ese capital se entregarían anualmente, a partir de 1901, acorde con los cinco premios dispuestos, a los que se agregaría muchos años después, en 1969, un sexto destinado a la mejor obra de investigación en el campo de la Economía, creado por el Banco Nacional de Suecia, que es quien lo paga.

Con mayor o menor justicia, estos premios mundiales han sido otorgados desde entonces e hicieron pasar a su creador, el sueco Alfred Nobel, como una figura prominente en la historia de la humanidad.

 

Puerto Padre, pintoresca villa de la costa atlántica cubana

Puerto Padre, pintoresca villa de la costa atlántica cubana

 


Publicado en página web de Italia, octubre de 2004

En la falda de una suave elevación de 34 metros se tiende multicolor la pequeña ciudad de Puerto Padre, junto a la bahía de bolsa de igual nombre enclavada en la costa norte de la provincia de Las Tunas, a unos 700 kilómetros al este de La Habana.

Precisamente esa ubicación inclinada y junto al mar favorece la reconocida limpieza de sus calles, barridas por las lluvias, que desembocan en la rada.

Con unos 40 mil habitantes, la pintoresca villa cuenta con varios sitios de innegable interés para quienes la visitan por primera vez.
Entre las edificaciones sobresale imponente el Fuerte de la Loma, construido en el siglo XIX por los colonialistas españoles en la parte más alta de la localidad, y que fuera proclamado hace más de dos décadas el primer Monumento Nacional de la provincia de Las Tunas.
El Fuerte es hoy un museo que atesora valiosas evidencias de la época colonial.

Puerto Padre tiene otro museo que guarda importantes muestras históricas, arqueológicas y de la fauna cubana y exótica, entre las cuales impacta la reconstrucción del esqueleto de una ballena que asombrosamente recaló en las tropicales aguas atlánticas de la costa puertopadrense.

Conocida también como La Villa Azul de los Molinos por la gran cantidad de esos equipos que existía y aún se conservan en la ciudad, Puerto Padre tiene además entre sus encantos un bello conjunto escultórico de Don Quijote de la Mancha, creado por los artistas tuneros Pedro Escobar y Elevis Báez.

Inspirados en el famoso combate del célebre personaje literario contra unos molinos que imaginó gigantes, los escultores presentan la figura monumentaria de El Quijote, quien, de pie frente al molino, tiene su adarga al brazo y la lanza descansando en el suelo, como símbolo de la justicia reconquistada luego de su supuesta victoria.

Otra de las atracciones de la bonita villa puertopadrense es su hermoso malecón, de unos 600 metros de largo, junto al cual, dentro del mar, llama poderosamente la atención un manantial que asombra por la dulzura de su agua.

Pero no son sólo los ubicados en la ciudad los sitios de interés turístico de Puerto Padre, pues el municipio que lleva ese nombre dispone en sus costas de varios kilómetros de excelentes playas.

Entre esos balnearios sobresale Covarrubias, donde funciona el único polo turístico internacional de la provincia de Las Tunas, que cuenta con 122 magníficas habitaciones junto a una bella playa de blanquísima y fina arena, aguas poco profundas, cristalinas y protegidas por una barrera coralina.

Todos los incentivos anteriores, junto a su población hospitalaria, le harán grata e inolvidable su visita a Puerto Padre, la oriental Villa Azul de los Molinos de Cuba.