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Darío: "El príncipe de las letras castellanas"

Darío: "El príncipe de las letras castellanas"

Publicado por Hernán Bosch en tiempo21.cu, enero 18 de 2017)

   Félix Rubén García Sarmiento era el nombre de pila de aquel gran poeta que llegó a ser conocido como “El príncipe de las letras castellanas” y llamado “Padre del Modernismo”, pero que pasó a la posteridad con el seudónimo de Rubén Darío.

   Considerado por muchos eruditos en la literatura el poeta más importante que escribió en el idioma español fuera de España, Rubén había nacido en la ciudad de Metapa, Matagalpa, en Nicaragua, el 18 de enero de 1867, hace hoy un siglo y medio.

   Fue el primer hijo del matrimonio formado por Manuel García y Rosa Sarmiento, aunque debido a desavenencias familiares, su niñez transcurrió en la ciudad de León, donde fue criado por sus tíos abuelos Félix Ramírez y Bernarda Sarmiento, a quienes consideraba en su infancia como sus verdaderos padres.

   Pese a estas adversidades, Rubén se destacó por su precocidad, pues, según sus biógrafos, aprendió a leer desde los tres años.

   Datos consignados en la enciclopedia digital cubana EcuRed (ecured.cu), indican que asistió a varias escuelas de la ciudad de León y, en los años 1879 y 1880, comienza a educarse con los jesuitas. Pronto empezó también a escribir sus primeros versos, y, apenas cumplidos los 13 años, publicó por primera vez en un periódico la elegía “Una lágrima”, que apareció en el diario El Termómetro, de la ciudad de Rivas, el 26 de julio de 1880. Por esta época también vieron la luz sus poemas “La Fe” y “El Desengaño” y colaboró con El Ensayo, revista literaria de León, alcanzando fama como "poeta niño".

   El talento de Rubén Darío nos legó una obra literaria imperecedera que influyó en centenares de escritores de América y Europa, no obstante a que su juventud y adultez también fueron convulsas y traumáticas, debido que tuvo varios amores y amoríos y se aficionó de manera desmedida al alcohol, lo que le ocasionó frecuentes problemas de salud y en los últimos años de su vida crisis psicológicas, caracterizadas por momentos de exaltación mística y por una fijación obsesiva con la idea de la muerte.

   Los especialistas han jalonado la gran obra poética de Darío, a partir de la publicación de tres libros en los que aparecen sus principales creaciones. Son ellos:

 “Azul” (1888), considerado el libro inaugural del Modernismo hispanoamericano, recoge tanto relatos en prosa como poemas, cuya variedad métrica llamó la atención de la crítica.

   “Prosas profanas y otros poemas” (1896) marca la etapa de plenitud del Modernismo y de la obra poética dariana. Este libro está constituido por una colección de poemas en los que la presencia de lo erótico es  importante, aunque no está ausente la preocupación por temas esotéricos.

   “Cantos de vida y esperanza” (1905), anuncia una línea más intimista y reflexiva dentro de su producción, sin renunciar a los temas que se han convertido en señas de identidad del Modernismo.

   Los críticos literarios que han estudiado su obra, coinciden en señalar la marcada influencia que ejerció en Darío la cultura francesa, lo que se evidencia en el volumen “Los raros”, que publicó también en 1905, donde se dedica a glosar a varios intelectuales por los que sentía gran admiración, entre los que predominan los franceses.

   Resulta significativo que en esa selección de escritores solo aparece un autor que escribió su obra en español, y es nuestro Héroe Nacional, José Martí.

   Darío reconoció la influencia que la cultura francesa ejerció en su obra al escribir: "El Modernismo no es otra cosa que el verso y la prosa castellanos pasados por el fino tamiz del buen verso y de la buena prosa franceses".

   En el propio año 1905 aparecieron además algunos de sus más conocidos poemas como “Salutación del optimista” y “A Roosevelt”, en los que destaca el carácter de la cultura hispánica frente a la creciente amenaza del imperio estadounidense. En el segundo de estos poemas, dirigido al entonces presidente de Estados Unidos, Theodore Roosvelt, Darío escribe: 

 

Eres los Estados Unidos,

eres el futuro invasor

de la América ingenua que tiene sangre indígena,

que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.

 

   Rubén Darío, citado generalmente como el iniciador y máximo representante del Modernismo hispánico, ejerció gran influencia en los poetas que le sucedieron, fue uno de los grandes renovadores del lenguaje poético en las letras hispánicas y es considerado genio lírico hispanoamericano de resonancia universal.

   Falleció el 6 de febrero de 1916 en León, ciudad donde había transcurrido su niñez, y ha recibido múltiples reconocimientos, entre los cuales sobresale su proclamación como Héroe Nacional de Nicaragua, en acuerdo adoptado por la Asamblea Nacional (Parlamento) de ese país centroamericano, en ocasión de conmemorarse en 2016 el centenario de su muerte.

 


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